El consenso mundial está de acuerdo en que las colaboraciones entre múltiples partes interesadas son necesarias para alcanzar el desarrollo urbano sostenible. Son requeridas en cualquier nivel de toma de decisiones: desde el desarrollo de planes, políticas y programas hasta su implementación. Este documento de política trata de exponer los principios para guiar a los líderes públicos, privados y de la sociedad civil a la hora de crear colaboraciones entre múltiples partes interesadas efectivas y transformadoras con el objeto de promocionar el desarrollo urbano sostenible.
Hace cuatro años, los líderes globales sentaron las bases de un marco para el desarrollo urbano sostenible del siglo XXI, la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, que apoyaba 17 objetivos aplicables universalmente que iban desde ocuparse de las necesidades básicas como el hambre y la salud, hasta derechos como el género y los grupos insuficientemente representados, pasando por el marco espacial como la vivienda, el transporte y el espacio público. Al mismo tiempo, reconocieron que la consecución de todos y cada uno de los objetivos requiere una fuerte colaboración a todos los niveles. Reforzaron esta creencia designando un objetivo independiente en las colaboraciones (ODS 17). Una meta identifica a las colaboraciones de múltiples partes interesadas como fundamentales para la empresa 17.6). Confirmaron esta creencia en tres otros acuerdos globales formulados en 2015-2016 (Marco Sendai [para 19i]; Agenda de Acción Addis Abeba [ para 10]; Nueva Agenda Urbana [para 153]. En el núcleo de esta idea se halla que la participación de mucha gente distinta procedente de varios grupos es necesaria para alcanzar sus aspiraciones.
Para descender del elevado ámbito de las deliberaciones internacionales a la esfera práctica de la implementación a nivel local, donde estas aspiraciones se tienen que llevar a cabo, es fundamental la pregunta de qué constituye una colaboración de múltiples partes interesadas efectiva.
Además, cualquier constructo de desarrollo urbano sostenible considera las colaboraciones entre múltiples partes interesadas como que cumplen responsabilidades especiales relativas a la promoción de la transformación de las ciudades y sus alrededores. Por lo que la verdadera cuestión que se delibera es: ¿cómo puede una colaboración entre múltiples partes interesadas ser transformadora?
En el ámbito del desarrollo urbano sostenible, las colaboraciones entre múltiples partes interesadas son complicadas. Se ocupan de las tareas relacionadas con la gestión de las ciudades que requieren equilibrar los muchos sistemas interrelacionados que afectan a las zonas edificadas y a los recursos humanos. Mientras que el objetivo general es generar un uso del suelo responsable ambientalmente, la prestación de servicios justa, y la prosperidad económica compartida, la ejecución está llena de cambios sorpresivos, adaptada al contexto político de una ciudad dada y alineada con las necesidades, recursos y objetivos de la ciudad.
Para ser efectivo y transformador, entre las partes se tiene que llegar a un entendimiento conjunto de los tipos y propósitos de las contribuciones de la colaboración. Por ejemplo, las colaboraciones pueden utilizarse en la identificación de problemas, la priorización y alineación de la política, y en la movilización para la implementación.
En primer lugar, pueden contribuir muchos elementos necesarios (ej. datos, conocimiento especializado, proyectos piloto, desarrollo de capacidades, fondos). En segundo lugar, pueden aportar un medio para negociar políticas y programas integrados (resolución de conflictos y compromiso). En tercer lugar, a través de su compromiso, pueden ayudar a garantizar la aplicación de una dirección acordada con sus redes (participación, “compra con inserción o buy in”, movilización de apoyo).
En resumen, dependiendo del tema en cuestión, las colaboraciones entre múltiples partes interesadas pueden proporcionar aprendizajes y recursos adicionales, nuevas soluciones, y acceso a redes más amplias, audiencias, partidarios que pueden tener un impacto en los cambios que se requieren en todo el sistema para alcanzar un desarrollo urbano sostenible. Pueden abordar cuestiones de envergadura como el cambio climático ―la recientemente renovada Alianza para el Liderazgo en materia de Financiación Climática de las Ciudades (CCFLA ) con 60 socios, todos principales actores en el campo, es un ejemplo― o pueden centrarse en problemas de menor talla ―el premio Guangzhou para el finalista en innovación, la participación pública en la gestión de residuos 3R para una mejor Surabaya, con muchos menos socios pero una participación ciudadana amplia, es otro ejemplo―. La cuestión es que en el ámbito urbano, las colaboraciones entre múltiples partes interesadas toman muchas formas, abordan una serie de problemas para producir nuevas soluciones.
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- El documento de política completo sobre desarrollo urbano sostenible aquí.
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